Si te preguntas qué es la ciática es que tú o algún conocido padece este fuerte dolor irradiado.

El término “ciática” o ciatalgia se refiere a un dolor intenso que discurre a lo largo del nervio ciático. Este importante nervio del cuerpo se origina en la médula espinal a nivel de la zona lumbar y baja desde la cadera hasta ambas piernas, especialmente por la zona posterior (corva y gemelos) hasta los talones y las puntas de los pies. Por eso, el dolor “ciático” se siente como una sensación de rampa o calambre doloroso por todo este recorrido. Puede afectar a la capacidad de mover la pierna y de sentir el tacto (acorchamiento o parestesias).

El origen o causa de la ciática suele estar en una compresión a nivel de la salida del nervio de la médula. Esta compresión puede deberse a la presencia de una hernia de disco o un estrechamiento de la columna lumbar (estenosis de canal lumbar).

Normalmente, el dolor tipo “ciática” solamente afecta a un lado del cuerpo; este tipo de dolor se llama ciatalgia unilateral. En el raro caso de afectación a ambas piernas, lo llamaremos ciatalgia bilateral.

En la mayoría de los casos, el dolor ciático se resuelve con tratamientos poco invasivos, como reposo, rehabilitación y medicación oral. Algunos casos clínicos pueden precisar de infiltraciones epidurales por un especialista. Rara vez requerirá una intervención quirúrgica, a no ser que se presente con afectación del control de la vejiga o de la movilidad en una o ambas piernas.

⚡️ La ciática es un dolor típicamente neuropático. En nuestro post sobre dolor neuropático podrás entender ese concepto.

Síntomas de la ciática

El principal síntoma de la ciática es el dolor irradiado intenso. Este dolor se siente como un calambre, pinzamiento, latigazo o sensación eléctrica desde la parte baja de la espalda hasta la pierna y pantorrilla. Puede también afectar a la planta y dedos de los pies.

El dolor ciático puede ser de leve a insoportable, siempre en función de la irritación nerviosa y el umbral o sensibilidad de cada paciente.

¿Sabías qué? Es característico que la tos o estornudos desencadenen la ciatalgia. También el acto de hacer de vientre lo puede empeorar. Esto es así porque en esta maniobra de presión abdominal, llamada maniobra de Valsalva, aumenta la presión también a la zona de la salida de raíces nerviosas.

En algunos casos, la afectación del nervio ciático hace que aparezca debilidad muscular de pierna, entumecimiento o hormigueo.

¿Todas las ciáticas son iguales?

No. El territorio doloroso de cada caso es algo diferente, y esto depende de la raíz nerviosa en concreto que esté afectada y el grado de lesión.

nervios de la pierna

El nervio ciático se forma al juntarse varias raíces lumbares (L4, L5) y sacras (S1, S2). Por eso, en función de la raíz o raíces afectadas por la hernia o espolón óseo, se manifiesta en un área u otra. Estas zonas del cuerpo que sienten el dolor se denominan dermatomas. En este mapa podrás ver cuáles son los dermatomas de la pierna y su relación con la raíz afecta.

El nervio ciático se forma de varias raíces lumbares y sacras.

origen nervio ciático

¿Debo consultar con un médico?

Ante todo, no entres en pánico. Ahora sabes qué es la ciática, y conoces que no siempre va a más. De hecho, el 90% de casos ceden con reposo y tiempo.

No obstante, deberás consultar con un médico de cabecera si ocurre alguna de estas cosas:

  • si el reposo durante 1 semana no mejora el dolor
  • si tu nivel de dolor basal es mayor a 8/10 hagas lo que hagas
  • si el dolor va a más cada día en vez de disminuir

¡Importante! Es urgente acudir al médico, sin esperar, si:

  • el dolor ciático es consecuencia de una lesión aguda y traumática, como un accidente de tráfico o una caída de altura
  • pierdes el control absoluto de la vejiga urinaria (retención o pérdidas de orina) y de la defecación (incontinencia)
  • tu dolor es de aparición muy brusca y se asocia de una gran debilidad en la pierna
  • si no notas el tacto en toda la pierna o en una parte de ella

Causas de la ciática

causas de la ciática

El dolor tipo ciática tiene su origen en el pinzamiento del nervio ciático, o en su inflamación. Esto es provocado habitualmente por una hernia de disco en la columna vertebral, aunque en ocasiones puede ser debido a un espolón u osteofito (crecimiento óseo excesivo) en las vértebras lumbares.

Una hernia de disco (o hernia discal) es una deformación del disco que acolcha los impactos entre dos vértebras. Esto se debe a compresión excesiva o a un defecto en la parte más dura -el anillo fibroso- que deja escapar el núcleo gelatinoso.

Aunque es menos frecuente, también un tumor -maligno o benigno- puede provocar pinzamiento de la salida de un nervio.

Factores de riesgo para desarrollar ciática

No necesariamente desarrollarás ciática si los cumples, pero estos factores pueden hacerte más propenso a sufrir ese dolor:

  • hernias discales de uno o varios niveles. Las hernias habitualmente se dirigen a uno u otro lado y suelen bloquear parcialmente la salida de la raíz nerviosa.
  • crecimientos óseos u osteofitos en la zona de salida de las raíces. Estas zonas, llamadas forámenes neurales, se estrechan con la aparición de espolones y dejan menos espacio a la raíz nerviosa, comprimiéndola.
  • sobrepeso. La carga que soportan los discos esponjosos aumenta con el sobrepeso, y con ello las probabilidades de que cedan y aparezcan hernias.
  • Trabajo. Algunas profesiones son muy exigentes y requieren constantes giros de espalda cargando peso.
  • Posición. La sedestación (acto de estar sentado) de forma prolongada puede favorecer cambios en la curvatura de la columna. Esto deja menos espacio a la salida de raíces y puede provocar ciática. Oficinistas y camioneros son ejemplos de ello.
  • Diabetes. Como ocurría con el dolor neuropático, la glicosilación de terminales nerviosos daña los nervios a largo plazo y puede hacer que el nervio ciático sea más sensible a leves pinzamientos. Esto hace que se dispare antes el dolor.

Complicaciones de la ciática

Habitualmente, la ciática no se complica. Es decir, un 92% de casos de ciatalgia se resuelven sin recibir tratamiento. A pesar de eso, algunos casos pueden complicarse con una lesión permanente de los nervios afectos.

Estos casos, en los que existe la llamada radiculopatía crónica (daño permanente o patología d e una raíz nerviosa) pueden dejar secuelas en la capacidad de sentir un área de la pierna o en la capacidad de moverla. Rara vez queda una secuela neurológica en la vejiga.

¿Cómo prevenir la ciática?

Es imposible estar seguros al 100% de que no nos va a ocurrir. Pero hay formas de reducir el riesgo de sufrir un ataque de ciatalgia aguda. Estas medidas pueden ayudarte a prevenir la ciática:

  • mantener una postura adecuada. Es muy sencillo: elige asientos con refuerzo lumbar para evitar “encorvar” demasiado la espalda. Descansa siempre los brazos sobre los reposabrazos, usa un apoyo de cuello para descansarlos y alinea tus rodillas con las caderas.
  • hacer ejercicio físico regularmente. Esto es importante para mantener un buen tono muscular. Esos músculos “core” del abdomen y también los lumbares bajos son el soporte físico de tu cuerpo y espalda. Si los mantienes tonificados (con natación, pilates o yoga), tendrás un auténtico armazón para evitar posturas erróneas que te lleven a pinzamientos lumbares.
  • utilizar una buena mecánica corporal. El consejo más práctico: cuando levantes peso del suelo, hazlo doblando las piernas con suavidad, para que ellas hagan palanca y no se sobrecarguen las lumbares. Además, no mantengas la postura de pie estática más de 30 minutos sin cambiar el apoyo de una pierna a la otra.

Diagnóstico de la ciática

Muchos de vosotros nos decís “me han diagnosticado ciática” y nos pedís ayuda por mail. Pero…¿cómo se diagnostica la ciática exactamente?

El secreto: la mayoría de las veces, el diagnóstico de ciática es un diagnóstico clínico. Esto quiere decir que se basa en la exploración en consulta que haga un médico especialista en rehabilitación, traumatología o dolor crónico.

No siempre es necesario someterse a pruebas complicadas para el diagnóstico de ciática.

Lo que el médico hará es pedirte que te tumbes en camilla para comprobar, al levantar tus piernas con sus manos, si este movimiento “pinza” tus raíces nerviosas. Esta es la maniobra de Lassegue, pero hay algunas más. Además de esto, explorará tus reflejos en rodilla o tobillo con un martillo (para comprobar si los nervios responden correctamente o están afectados). También suelen solicitar que camines de puntillas y talones, así como que empujes con fuerza sus manos con tus piernas. Son formas de comprobar la fuerza de tus extremidades. Por último, puede pasarte un algodón o aguja fina por la piel para detectar alteraciones en tu capacidad de sentir los estímulos finos.

Pero eso no es todo. En ocasiones, la ciática se alarga y pueden requerirse pruebas que orienten sobre su origen concreto. Para eso pueden solicitarte pruebas de imagen. Estas son las principales:

Radiografías de columna lumbar: tanto de frente como de perfil, permiten identificar la presencia de crecimientos óseos (osteofitos) que favorezcan pinzamientos de raíces.

RM o resonancia magnética: muchos más compleja y costosa. Este gran aparato genera un campo magnético muy potente, como un gran imán. Es una prueba que se solicita para evaluar tejidos “blandos” además del hueso, por ese motivo es muy útil cuando se sospechan hernias discales o afectaciones concretas en raíces nerviosas. En nuestro post sobre qué es la resonancia magnética podrás saber más.

TC o Tomografía Computarizada. También llamada TAC, sirve para explorar con detenimiento los tejidos como el hueso. Pero, además, con la inyección antes del TC de un contraste en el canal espinal (donde reside la médula espinal) puede ser de utilidad para estudiar con detenimiento la médula y las raíces que de ella salen.

Electromiografía. Esta prueba diagnóstica se solicita para comprobar la capacidad de conducción de los nervios en base a la respuesta muscular que provocan, entre otras cosas. La electromiografía podrá orientar sobre la presencia de lesiones por compresión de nervios, lo que la hace ideal para apoyar el diagnóstico de radiculopatía (o enfermedad de una raíz).

¿Cómo se trata la ciática?

Como hemos dicho, muchas veces los médicos optan por un tratamiento conservador de la ciática. Esto significa que el primer tratamiento es siempre el reposo.

No obstante, si el reposo relativo más de 1 semana no es suficiente o se sospecha una causa compresiva muy clara (por ejemplo, por imposibilidad de sentir una zona del pie o mover una pierna), pueden requerirse otras acciones.

El tratamiento oral

Normalmente, la terapia con medicamentos orales incluye antiinflamatorios como el dexketoprofeno o el ibuprofeno. Además de eso, no debes de extrañarte si el médico te receta fármacos que en su ficha técnica están calificados de antidepresivos o antiepilépticos. Tanto los antidepresivos tricíclicos (amitriptilina) como los anticonvulsivos (pregabalina o gabapentina) han demostrado su eficacia contra el dolor neuropático que causa la ciática.

Fármacos como los opioides menores (tramadol) o las benzodiacepinas (diazepam, bromazepam) se pueden añadir al tratamiento oral, pero más raramente. Los opioides mayores, como el tapentadol, buprenorfina o morfina son reservados para casos muy especiales y siempre deben ser pautados por especialistas en dolor crónico, exigiendo incluso una receta especial.

¿Sabías que…? Deberás ir con especial cuidado durante los primeros días de toma de antiinflamatorios. Pueden provocar subidas de tensión arterial.

Fisioterapia

Tras lograr un primer control de síntomas con reposo y/o medicación, un médico rehabilitador o fisioterapeuta especializado puede diseñar un programa completo de rehabilitación para fortalecer áreas de debilidad, retomar el movimiento con precauciones y romper el ciclo del dolor. Siempre deberás corregir posturas, fortalecer el “core” muscular y aumentar tu flexibilidad con estiramientos.

Intervencionismo

En un porcentaje reducido de casos se indica el intervencionismo o técnicas para control de dolor. Siempre son realizadas por médicos especialistas bajo control de ecografía o rayos X. Entre las más frecuentes están las inyecciones de corticoides y anestésicos locales, siendo la inyección epidural la más empleada.

Esta infiltración epidural para control de la ciatalgia se prescribe tras comprobar irritación radicular y se realiza en un ambiente estéril como el quirófano, normalmente bajo sedación ligera. La intención del médico será inyectar un concentrado de corticoides -potentes antiinflamatorios- con anestésicos locales alrededor del nervio o nervios afectos. En el espacio epidural, el mismo que se infiltra en muchos trabajos de parto, se pueden irrigar las raíces emergentes de la médula al nivel deseado para desinflamarlas. El número de epidurales que se pueden realizar es limitado por sus efectos secundarios. Consulta siempre con un especialista para conocer si en tu caso están indicadas.

Cirugía

La ciática “se opera” en muy contadas ocasiones. Estas cirugías de descompresión del nervio o raíz afectado se reservan para casos en los que el pinzamiento provoca debilidad o pérdida de sensibilidad o control de esfínteres. La realizarán médicos traumatólogos especialistas en columna o, mayormente, neurocirujanos. En la cirugía, pueden extraerse fragmentos de hueso “sobrante” (osteofitos) o realizar cortes en el hueso del canal medular (laminectomía) para favorecer la descompresión del material nervioso afectado. En algunos casos, también se realiza una resección cuidadosa del material herniado del disco: es la discectomía.

Estas cirugías implican una cicatriz mayor (en cirugía abierta) o menor (en discectomía mínimamente invasiva) y un tiempo de recuperación de 2 a 4 meses.

Otros tratamientos

No todo es medicina “convencional”. En el tratamiento de la ciática, existen multitud de remedios caseros que ayudan a controlar los síntomas y agilizar la recuperación. No son el único pilar en que apoyarte, pero sí son de gran valor.

Temperatura. Aplica compresas frías durante los primeros 3 días de ciatalgia aguda en la zona de origen del dolor. A partir de ese momento, será mejor aplicar calor local: bien con una lámpara de calor o con almohadillas eléctricas.

Estiramientos en casa. Siempre que hagas movimientos suaves, podrás estirar la zona para sentirte mejor al aliviar la compresión de la raíz nerviosa. No hagas nunca ejercicios bruscos ni cargues demasiado peso. No se recomiendan los giros cargando peso ni sobrepasar el límite doloroso. En la página web de la Sociedad Española de Medicina de Rehabilitación encontrarás ejercicios pautados por médicos especialistas en dolor lumbar.

Prepararte para consultar a un médico por ciática

Te recomendamos realizar estas tareas para aprovechar tu consulta al especialista:

  • anota los síntomas que tienen y el día que empezaron. Busca en tu memoria: ¿hay algún desencadenante claro del dolor?
  • ten también anotado tu nivel de dolor sobre 10 (en una escala imaginaria) y si has experimentado pérdidas de sensibilidad o fuerza
  • anota qué tratamientos has recibido para el dolor hasta ese momento
  • Ten a mano cualquier prueba de imagen previa (TC o resonancia, por ejemplo)
  • busca un acompañante a la consulta que te ayude a recordar las indicaciones del médico
  • acude con ropa cómoda a la consulta. Un chándal es mejor opción que un vestido ceñido, pues para la exploración clínica te solicitará bajar o subir pantalones y/o camisetas.

No olvides llevar bien sabidos estos datos:

  • tu peso y talla
  • tus alergias e intolerancias
  • tu lista de posibles enfermedades (diabetes, hipertensión u otros) que padezcas
  • las preguntas o dudas que te hayan surgido hasta la fecha

Resumen: qué es la ciática y cómo tratarla

Como has podido ver, la ciática o ciatalgia es un dolor neuropático muy incapacitante, pero muchas veces puede controlarse sin ninguna medida más que el reposo.

Si sospechas que la padeces, consulta con un especialista si, tras una semana de reposo, no has mejorado. En dicho caso, recuerda que la ciática debe ser tratada con mucha seriedad: toma en serio los consejos sobre corrección postural, dieta y hábitos, pues son más importantes si cabe que la medicación o pruebas diagnósticas.

Antes de la cirugía, que se da en pocos casos, hay muchas opciones de manejo que podrán ayudarte a solucionar el problema.

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Carles G. Vitoria

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