Qué es | Causas | Síntomas | Tipos | Tratamiento | Recomendaciones
¿Qué es la rosácea?
La rosácea es una afectación inflamatoria crónica de la piel que afecta fundamentalmente a la zona central del rostro (pómulos, nariz, barbilla), produciendo rojeces y visibilidad de los vasos sanguíneos (lo que se conoce como cuperosis).
¿Cuáles son sus causas?
No se conoce su origen pero suele cursar en brotes (puedes estar semanas con síntomas y posteriormente pasar meses sin clínica) y se ha visto que son varios los factores que pueden desencadenarlos y varían de unas personas a otras.
Se han estudiado mecanismos inmunológicos y neurovasculares como posibles etiologías de esta enfermedad cutánea.
Factores de riesgo para padecer rosácea
Aunque, cualquier persona puede padecer rosácea a lo largo de su vida hay algunos factores que predisponen a padecerla, entre ellos encontramos:
- Edades medias de la vida: 30-50 años
- Hay evidencia de factores genéticos (mayor posibilidad de padecerla si tienes antecedentes familiares de rosácea)
- Fototipos bajos (I,II): personas de piel y ojos claros.
- Mujeres: aunque los hombres también pueden tener rosácea y, cuando es así, los síntomas suelen ser más intensos.
- Fumadores.
Síntomas
Algunos aspectos que se han encontrado en la piel con rosácea son:
- La piel está más grasa y el poro es más visible al aumentar de tamaño porque las glándulas sebáceas funcionan en exceso.
- Existe un aumento del ácaro Demodex (es un ácaro muy pequeño que vive en folículos del pelo) que provoca enrojecimiento y mayor sensibilidad de la piel.
- La función barrera de la piel está alterada provocando rojeces, granitos y pústulas.
- Los vasos sanguíneos están más dilatados de lo habitual y se hacen visibles. Son las conocidas telangiectasias.
La mayoría de las veces se tratará de un tratamiento combinado que actúe frente a las distintas alteraciones de la rosácea.
No lo olvides:
No hay ningún tratamiento milagroso que actúe a la vez mejorando la secreción de la glándula sebácea, disminuya el ácaro Demodex y elimine las rojeces
¿Qué altera la rosácea?
Entre los factores más frecuentes que pueden aumentar los brotes o su intensidad se encuentran: cambios bruscos de temperatura, comidas picantes, alcohol, etc.
Lo más importante es que identifiques a nivel personal qué factores predisponentes son los tuyos e intentes evitarlos o disminuirlos en la medida posible.
Tipos de rosácea. Clasificación
La primera clasificación de rosácea(1) se realiza en 2002 describiéndose 4 subtipos: rosácea eritemato-telangectásica (tiene un origen neurovascular y no hay alteración de la función en la glándula sebácea), pápulo-pustulosa, fimatosa y ocular.
En 2016 se actualiza esta clasificación (2) más centrada en el fenotipo de los pacientes.
En términos más generales y fáciles de comprender tenemos estos subtipos:
Subtipo 1:
- Correspondería en clasificación anterior a rosácea eritemato-telangectásica.
- Se presenta con rubefacción, enrojecimiento persistente y arañas vasculares.
Subtipo 2:
- Corresponde en la clasificación anterior a la rosácea pápulo-pustulosa.
- Veremos enrojecimiento de la piel, hinchazón o pequeños bultitos y granitos transitorios.
Subtipo 3:
- Corresponde en clasificación anterior a rosácea fimatosa o rinofima.
- Consiste en un engrosamiento de la piel que con frecuencia afecta a la nariz. Se produce principalmente en hombres y suele acompañarse de otros subtipos de rosácea al mismo tiempo.
Subtipo 4:
- Corresponde en la clasificación previa a rosácea ocular.
- Se produce irritación ocular con enrojecimiento y sensación arenosa.
De todas formas, no hay que olvidar que las clasificaciones muchas veces son demasiado concretas y no tienen en cuenta otros factores del paciente ni van al origen de la patología. Es cierto que son útiles para poder establecer criterios pero, mi consejo, es no tomarlas al pie de la letra.
Tratamiento de rosácea
En general esta afectación de la piel se diagnostica por la historia clínica completa realizada por dermatólogo sin precisar pruebas complementarias ni biopsias.
Hay que tener una cosa clara desde el principio, la rosácea si no se trata tiende a empeorar, por lo que es fundamental que te pongas en manos de un especialista en Dermatología desde el inicio.
Como hemos comentado antes, esta enfermedad inflamatoria tiene factores que tienden a aumentar el número y la intensidad de los brotes. Es muy importante que aprendas a identificarlos y, de esta forma, poder evitarlos para mejorar tu rosácea.
Aunque es una enfermedad crónica, si abordamos su tratamiento de una manera correcta, la piel recupera su función barrera y, cuando vayan apareciendo nuevos brotes, se van tratando y se dificulta la cronificación.
Combinar diferentes tratamientos suele ser lo más habitual, pero siempre prescritos y seguidos por tu especialista.
En líneas generales contamos con:
Tratamientos tópicos
Es el que se aplica directamente en la piel. Tratan fundamentalmente el enrojecimiento. En esta parte del tratamiento encontramos, por ejemplo, el famoso ácido azelaico.
➤ El ácido azelaico tiene distintas funciones en la piel: antiinflamatoria, seborreguladora y antibacteriana (sin ser un antibiótico). Es un derivado del centeno, trigo y cebada considerándose también un exfoliante natural.
Al inicio del tratamiento puede ser un poco irritante. Además de en la rosácea, se utiliza en productos cuyo objetivo es el tratamiento de las manchas ya que interviene en la producción de melanina.
➤ Otro tratamiento tópico que se suele utilizar es la ivermectina, actuando como antiparasitario, tiene su acción principal reduciendo la cantidad del ácaro Demodex. Se considera útil sobre todo en el tratamiento de la rosácea con predominio del subtipo pápulo-pustulosa.
Tratamientos orales
Normalmente son antibióticos como la Doxiciclina o bien, retinoides como la Isotretinoína.
➤ Los retinoides son derivados de la vitamina A cuya acción principal y más estudiada es en tratamientos antiarrugas. En la rosácea se suele utilizar como renovadores del estrato córneo para un mayor y mejor recambio celular y así recuperar la salud de la piel.
Estimulan la producción de colágeno y elastina teniendo, además, efecto despigmentante.
Tratamientos lumínicos
➤ Se trata de la luz pulsada intensa (conocida como IPL por sus siglas en inglés, se utiliza fundamentalmente para controlar la parte vascular de la rosácea) o láser de colorante pulsado.
Es importante que muchas veces el tratamiento debe tener distintos mecanismos de acción porque, pueden haber varios subtipos al mismo tiempo o para tratar distintos aspectos de la rosácea.
Es decir, la luz pulsada no sería útil para mejorar las lesiones tipo acné de la rosácea pero puede ser de gran utilidad para mejorar las rojeces provocadas por la alteración de la vascularización o la rosácea fimatosa.
Convivir con la rosácea
Las patologías crónicas de la piel tienen fases que, por la frecuencia o intensidad de sus brotes, provocan alteraciones en el aspecto físico que pueden afectar a nivel psicológico.
Al igual que el acné, psoriasis u otras enfermedades que afectan a nivel estético, pueden disminuir la autoestima y/o condicionar nuestra vida habitual.
Si es tu caso, no dudes en pedir ayuda a especialistas, compartir tu caso en foros o grupos con el mismo problema se ha visto útil en muchos pacientes.
Recomendaciones generales
Hasta aquí ya has aprendido sobre qué es la rosácea, sus síntomas, tipos y cómo tratarla. Si te ha parecido útil y quieres compartirlo haz clic en los iconos de abajo, te lo agradecemos mucho.
No dudes en escribir en comentarios las dudas o aportaciones que consideres. ¡Muchas gracias de nuevo!